Peter, algo insólito me pasó esta mañana, estaba cazando en mi campo La Valentina y en uno de los dos cráteres, el del lado Este, encontré un objeto que te lo puedo describir en forma similar a un gran huevo, de unos cincuenta centímetros de largo por unos veinticinco de ancho en su parte media, con ambos extremos exactamente iguales entre sí, de color blanco opaco, similar al color de un vidrio esmerilado; ¿me seguís?

Peter.-Sí, te sigo, pero realmente no entiendo nada, continúa por favor.

J.C.-OK, su superficie es perfectamente lisa, tal si fuera de metal con algún procedimiento a modo de cromado o algo así, al tacto. Su temperatura es fría, como si estuviera en la heladera. Su peso es sumamente liviano, no condice a simple vista con su tamaño, ¿entendés todo?

Peter.-Sí, pero te quiero hacer una pregunta: ¿si lo agitás violentamente notás como si dentro se moviera algo, o da la sensación de que es toda una masa consistente?

J.C.-Realmente no lo sacudí aún de esa forma, muy por el contrario lo traté siempre con sumo cuidado, pero me daba la sensación de ser totalmente compacto en todo su interior. Si te parece luego lo agitaré para sacarnos la duda.

Peter.-Me parece bien, sería interesante esa experiencia. Decime en qué lugar del cráter lo encontraste.

J.C.-En el lado sur del cráter, donde el meteorito vuelve a rebotar y forma como esa "frenada de talón en la arena" que vos tan bien nos describiste, donde está toda la arenisca como un médano vivo y casi sobre esa pared de cuarenta o cincuenta metros. ¿Tenés alguna idea de qué puede ser este artefacto?

Peter.-Como idea puedo sugerirte que sea un huevo de algún animal desconocido, tal vez ya extinguido, pero de no más de dos mil años; ya que te recuerdo que al caer el meteorito y formar esos cráteres, la fricción generada produjo una gran temperatura que esterilizó toda esa zona, y a un huevo lo hubiera prácticamente desintegrado. ¿Lo miraste al trasluz?

J.C.-Sí, pero no pude ver absolutamente nada. Es totalmente opaco.