MALVINAS 2000 - Capitulo II - Página 015

Por lo tanto el asteroide que originó estos cráteres, que según estimé debió ser de unos ciento cincuenta metros de diámetro, era en realidad muy pequeño comparado con los descriptos, pero enorme si los comparamos con la gran mayoría de los caídos en la Tierra, y de los cuales conservamos aún sus huellas.

Al tener éste menos de dos mil años, es uno de estos fenómenos más jóvenes conocidos hoy y por ello, por ser tan reciente, es como si esas "huellas dactilares del espacio" estén casi intactas. Máxime en estos dos cráteres gemelos, que nunca trataron de "alisarlos" por medios mecánicos con objeto de labranza.

Si realmente ese asteroide vino del sistema de la estrella Tau Ceti, distante unos once años luz de la Tierra aproximadamente (1 año luz = 9,5 billones de kilómetros), a la velocidad media que viajan por el espacio, calculada en cerca de veintitrés kilómetros por segundo (la luz viaja a unos trescientos mil kilómetros por segundo), debió ser lanzado por lo menos ciento cincuenta mil años terrestres antes de su impacto aquí, hace alrededor de dos mil años. Lo que sumado a numerosos desvíos debido a los diferentes campos gravitacionales de ese interminable e ininterrumpido viaje, darían unos doscientos mil años atrás. O sea cuando nace el hombre en la Tierra.

El Sinantropus u hombre de Pekín, primitivo ser de cerebro pequeño, data de doscientos cincuenta mil años. El hombre de Neanderthal existió hace unos cien mil años. Luego está el hombre de Cro-Magnon (Francia), ya clasificado como Homo Sapiens y generalmente denominado "hombre moderno".

Realmente estamos hablando de una civilización que existía en los albores de la historia del hombre terrestre, y que es muy probable hoy ya no esté, al menos como en aquél entonces.

Si bien esa cantidad de años en el teatro cósmico no son nada, pues allí las medidas absolutas no se conocen, para nuestra civilización son realmente incomprensibles. Ya que estamos hablando de una cultura que poseía este ingenio de colocar un transmisor de mensajes en un asteroide, y dirigirlo con precisión a través del espacio por más de ciento cincuenta mil años de navegación. Y que una vez llegado a la Tierra, ingresase a la misma con un ángulo mínimo de entrada, a efectos de que haga como un "aterrizaje" para evitar mayores consecuencias del impacto, y posiblemente resguardar al máximo a este transmisor.

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